31.1.08

Estímulos eléctricos para sanar el Alzheimer

Estímulos eléctricos para sanar el Alzheimer


Un equipo de científicos en Canadá descubrió, por accidente, una forma de mejorar la memoria.
El hallazgo fue hecho durante una operación con una técnica experimental para tratar a un paciente con obesidad mórbida.

El objetivo del tratamiento, llamado estimulación cerebral profunda (DBS en sus siglas en inglés), era suprimir el apetito del individuo.
Pero, en vez de esto, el paciente comenzó a experimentar recuerdos vívidos.
El descubrimiento, dice el estudio publicado en la revista Anales de Neurología, podría conducir a una forma de estimulación eléctrica cerebral para tratar trastornos como la enfermedad de Alzheimer.

"Es un hallazgo muy llamativo" dijo a BBC Ciencia el doctor Melchor Lemp, vicepresidente de la Sociedad de Neurocirugía de Chile y jefe del departamento de Neurología y Neurocirugía del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
"Quizás las líneas de investigación ahora tendrán que encaminarse hacia este campo" agrega el experto.

Estímulos

Según los investigadores del Hospital Toronto Western, "éste es un caso único, totalmente inesperado".
"Pero supimos de inmediato que se trataba de algo importante y estamos muy intrigados en descubrir si esto podría ayudar a los pacientes con trastornos de memoria", afirman los autores.
El equipo de científicos del Hospital Toronto Western intentaban tratar a un hombre de 50 años con obesidad mórbida que sufría diabetes tipo 2 y trastornos de sueño.
El hombre de 190 kilos de peso no había logrado responder a dietas, medicamentos ni ayuda psicológica.

Se había rehusado a someterse a cirugía gástrica por lo que los médicos decidieron tratarlo con DBS, que aunque es una técnica experimental, era su mejor opción.

En pruebas previas con animales se ha demostrado que la DBS tiene un efecto en el apetito.
Pero no ha sido ampliamente probada como tratamiento para la obesidad en humanos.
La técnica sin embargo se ha utilizado con cierto éxito como tratamiento para la enfermedad de Parkinson, dolor crónico, cefálea en racimos e incluso depresión.

"La estimulación cerebral profunda consiste en introducir electrodos muy finos el cerebro"
"Y se trata de localizarlos en la zonas que se piensa pueden influenciar en alguna anormalidad cerebral", agrega.

En el caso de este paciente los electrodos fueron colocados en una zona del sistema límbico llamada hipotálamo, que se cree controla el apetito.
La técnica requiere también instalar bajo el cuero cabelludo un aparato que mantendrá la frecuencia de impulsos eléctricos para estimular los electrodos.

Cuando fueron estimulados en el paciente éste comenzó a experimentar una sensación de déjà vu (algo ya vivido).
Después tuvo una percepción súbita en la que estaba en un parque con amigos.
Se sintió más joven, alrededor de los 20 años, y lo acompañaba la novia que había tenido entonces.

El individuo era un observador y miraba la escena a todo color.
A medida que aumentaba la intensidad del estímulo eléctrico, los detalles de la escena se volvían más vívidos.

Pruebas de memoria

Tras la cirugía el paciente logró recuperarse durante dos meses y cuando se estimularon los electrodos por segunda vez, logró experimentar un efecto similar.
Después de tres semanas de constante estimulación eléctrica el paciente mejoró en las pruebas de memoria que se le habían hecho previamente.

Y un año después nuevamente obtuvo mejores resultados en las pruebas de memoria cuando los electrodos eran estimulados.
Pero cuando los electrodos eran apagados, los resultados de las pruebas no eran tan buenos.
Según los científicos, los resultados sugieren que podría ser posible utilizar DBS directamente para mejorar la memoria.

"Sabemos que las estructuras que llamamos "el circuito de la memoria" pasan muy próximas al hipotálamo" afirma el doctor Melchor Lemp.
"Así que no se puede descartar que por alguna razón las estimulaciones eléctricas hayan abarcado esas áreas vecinas que conforman el circuito límbico, que es fundamental en la memoria", agrega el experto.
"De manera que a lo mejor lograron estimular áreas que conservan lo vivido en los años y que está almacenado pero el paciente no ha logrado recordarlo".

Según el experto, "lo fundamental es que el área donde estén almacenados estos recuerdos esté intacta y a lo mejor será posible recuperar la memoria activando esos circuitos en el cerebro".
Los investigadores están ahora llevado a cabo un estudio piloto para estudiar si la estimulación cerebral profunda puede ayudar a los pacientes con los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer.

21.1.08

Café aumenta riesgo de aborto


Café aumenta riesgo de aborto


El consumo de cafeína durante el embarazo -aún en moderación- aumenta los riesgos de un aborto.
Esa es la conclusión de un estudio publicado en la Revista de Obstetricia y Ginecología, de Estados Unidos.


Los investigadores encontraron que a las mujeres que consumen 200 miligramos o más de cafeína (dos a tres tazas de café) al día se les duplica el riesgo de un aborto, a diferencia de aquellas que evitan el café.


Actualmente, muchos obstetras aconsejan a las mujeres limitar su consumo de cafeína.
El tema, sin embargo, siempre ha sido controversial y en los últimos años ha habido una falta de consenso en torno a las recomendaciones.
"Nosotros aconsejamos a las pacientes que no tomen café durante el embarazo", dijo el doctor Mauro Parra, experto en medicina fetal del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.
"Pero otros estudios en el pasado han afirmado lo contrario, es decir que no hay una asociación entre cafeína y aborto", asegura.


"Así que aunque es difícil concluir con un solo estudio que el café -dependiendo de la dosis- pueda producir un aborto, nosotros recomendamos que se evite durante el embarazo", agrega el experto.


En Gran Bretaña la Agencia de Estándares Alimenticios, recomienda un límite máximo de cafeína durante el embarazo de 300 miligramos, el equivalente a cuatro tazas de café al día.
Pero, durante los primeros tres o cuatro meses del embarazo, las mujeres deberían evitar totalmente la cafeína, señala el estudio llevado a cabo por científicos de la División de Investigaciones de la organización Kaiser Permanente, en Oakland, EE.UU.


Riesgos

Los investigadores estudiaron a 1.063 mujeres con uno o dos meses de embarazo.
Las participantes llevaron un registro detallado diario de su consumo de cafeína hasta la vigésima semana de embarazo.


Cuando los científicos compararon esta información con el número de mujeres que había sufrido un aborto -172 mujeres en total- encontraron una asociación.
Frente a las que se abstuvieron, las mujeres que consumieron hasta 200 miligramos de cafeína al día mostraron un riesgo 3% mayor de aborto espontáneo.
Y a las mujeres que tomaron más de 200 miligramos diarios, se les incrementó la posibilidad de aborto en 25%.


El riesgo, dicen los autores, está relacionado a la cafeína en sí misma y no a otros ingredientes del café, ya que otras bebidas como té y el chocolate caliente mostraron un riesgo similar.
Se cree que la cafeína es una sustancia que se metaboliza más lentamente en la mujer embarazada, y además es capaz de atravesar la placenta y llegar al feto.
Pero hasta ahora no se sabe cuáles son los mecanismos que producen este efecto.


Factores

"Nosotros no recomendamos tomar café porque la cafeína se asocia a vasoconstricciones, especialmente de las arterias uterinas, que eventualmente podrían producir problemas en el desarrollo embrionario", señala el doctor Mauro Parra.


"Y esto podría producir también problemas de pérdida reproductiva", agrega.
"Así que igual que recomendamos no tomar alcohol y no fumar durante el embarazo, también recomendamos no tomar café ni té".


Pero hasta ahora, afirma el experto, ha sido muy difícil llegar a una conclusión basada en evidencia médica sobre esta asociación.
Se cree que un 15% de embarazos en el mundo terminan en un aborto espontáneo.
Y aunque hay muchos factores establecidos, como la edad materna avanzada, un aborto previo o la infertilidad, todavía se desconocen las causas de la mayoría de estas complicaciones.
Pese a que los expertos afirman que es necesario seguir revisando las investigaciones, hasta ahora el mensaje principal es que las mujeres embarazadas consideren evitar el consumo de cafeína durante el embarazo.

15.1.08

Vitamina C y Accidente Cerebrovascular

La vitamina C podría desempeñar un papel en la prevención del accidente cerebrovascular

Los expertos sospechan que una dieta y estilo de vida saludables son la raíz de la reducción del riesgo

Tener mayores niveles de vitamina C en la sangre podría reducir el riesgo de accidente cerebrovascular, según sugiere una investigación reciente.

Las personas que tienen las concentraciones más altas de vitamina D en la sangre tenían un riesgo de accidente cerebrovascular 42 por ciento menor que las personas que tenían los niveles más bajos, según el estudio, que aparece en la edición de enero de The American Journal of Clinical Nutrition.

Pero eso no significa que tomar dosis gigantes de complementos de vitamina C pueda impedir el accidente cerebrovascular, advirtieron expertos en salud.

"En el estudio mismo, los autores señalaron fuertemente que no podían concluir que la vitamina C disminuye de manera directa el riesgo de accidente cerebrovascular", apuntó el Dr. Keith Siller, director médico del Centro completo de atención del accidente cerebrovascular del Centro médico de la Universidad de Nueva York.

"No necesariamente se trate de la vitamina C en sí. La vitamina C podría ser un marcador de un estilo de vida generalmente sano y los niveles elevados de vitamina C en el plasma probablemente significan que una persona tiene más en cuenta la salud".

El Dr. Mark Levine, jefe de la sección de nutrición molecular y clínica del U.S. National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, estuvo de acuerdo en que la vitamina C por sí misma probablemente no sea responsable de la reducción en el riesgo de accidente cerebrovascular.

"Es sólo una asociación. Podría tratarse de la vitamina C, podría ser la vitamina C más otros nutrientes o podría tratarse de otras cosas que no tienen que ver con la vitamina C. Las personas que consumen muchas frutas y verduras podrían estar comiendo menos comida rápida", especuló Levine, quien también fue coautor de un editorial en la misma edición de la revista.

El mensaje real, afirmó Levine, es que la gente debe comer más frutas y verduras para prevenir el accidente cerebrovascular y otros problemas de salud. "Consumir cinco o más frutas y verduras de todos los colores del arco iris al día", aconsejó.

El nuevo estudio incluyó información de más de 20,000 personas entre los cuarenta y los 79 años de edad del Reino Unido. Los participantes completaron un cuestionario de salud y se analizó una muestra de sangre de cada voluntario del estudio para determinar los niveles de vitamina C.

El tiempo de seguimiento promedio fue de 9.5 años y el en el estudio final participaron casi 200,000 personas-años. Durante ese periodo, 448 de los participantes tuvieron un accidente cerebrovascular.

Tras compensar por otros factores de riesgo como el sexo, los antecedentes de tabaquismo, el índice de masa corporal, la presión arterial, los niveles de colesterol, la diabetes, el consumo de alcohol, la actividad física y los antecedentes de enfermedad cardiaca, los investigadores encontraron que los que tenían los niveles más altos de vitamina C en la sangre tenían un riesgo 42 por ciento menor de accidente cerebrovascular frente a aquellos con los niveles más bajos.

La diferencia en los niveles de vitamina C entre el grupo más alto y el más bajo se traduce en aproximadamente una fruta o verdura adicional al día, según el estudio.

"La potente asociación inversa entre la vitamina C en plasma y el accidente cerebrovascular sugiere que la vitamina C en plasma probablemente sea un buen marcador biológico de cualquier factor causal que afecta el riesgo de accidente cerebrovascular, siendo el más plausible la ingesta diaria de alimentos vegetales", escribieron los autores del estudio.

"Este estudio no probó que la vitamina C cause estos beneficios de manera directa. Podría relacionarse a otra cosa que se haga en la dieta. Simplemente no sabemos cuál es el mecanismo que reduce el riesgo", señaló Siller, quien añadió que "las personas deben continuar con las recomendaciones de la American Dietetic Association de incorporar más frutas y verduras a su dieta. No se apresure a la tienda a comprar complementos de vitamina C".

"Muchísimos estudios muestran una potente asociación entre los que comen frutas y verduras y un beneficio de salud, y ese beneficio proviene de la comida, no de los complementos", añadió Levine.

11.1.08

Prevenir la diabetes con el ejercicio


Prevenir la diabetes con ejercicio


Una dedicación mínima de 30 minutos diarios permite prevenir hasta en un 60% los casos de diabetes mellitus tipo 2


Los beneficios del ejercicio físico en la reducción del riesgo cardiovascular parecen fuera de discusión. Por si no quedara claro en qué consiste dicho ejercicio físico saludable, expertos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) puntualizan que un ejercicio físico moderado y saludable comprende dedicar al menos 30 minutos diarios de paseo vigoroso o un total de 10.000 pasos al día.


Los beneficios del ejercicio físico efectuado con regularidad y moderación no suponen, ahora mismo, ningún tipo de controversia. Pero sí lo han supuesto tradicionalmente el tiempo dedicado y la intensidad empleada.


Pedro Conthe, vicepresidente de la Sociedad Española de Medicina Interna, SEMI, asegura que los pacientes que cumplen con el objetivo de los 30 minutos de ejercicio moderado al día «mejoran en todos los parámetros de riesgo cardiovascular y descienden peso y grasa corporal en pocas semanas».


En una mesa redonda sobre deporte y salud celebrada recientemente, en la que han tomado parte médicos internistas y deportistas de elite retirados de la competición, como el tenista Àlex Corretja o el jugador de baloncesto (y también médico) Juan Antonio Corbalán, Conthe abordó también los aspectos más cuantitativos de la práctica de ejercicio, que son los necesarios para seguir pautas concretas.


«El tratamiento médico de todo paciente diabético o en riesgo de sufrir diabetes debe incorporar rutinariamente un programa de ejercicio físico», subrayó Conthe.

Corbalán resumió en su intervención las precauciones que se debe tener muy en cuenta al realizar ejercicio físico intenso para evitar lesiones, y Corretja abordó, desde su perspectiva personal, la experiencia de programar un esfuerzo físico a nivel competitivo y la sensación de bienestar que se deriva de la práctica deportiva como una rutina vital.


Evidencia científica


Diversos estudios europeos y americanos han demostrado en los últimos años que mediante un programa de ejercicio físico regular, combinado con otras medidas terapéuticas generales (sobre todo con una dieta hipocalórica) se puede prevenir un número importante de casos de diabetes tipo 2, hasta un 60%.

En pacientes con insuficiencia cardiaca (la primera causa de hospitalización en mayores de 65 años en España), Conthe añade que un programa de ejercicio físico reduce hasta la mitad los ingresos hospitalarios.


«El ejercicio físico se ha mostrado más eficaz en todos los estudios que la mera intervención farmacológica, y hoy día se considera una prioridad médica la instauración de un programa de ejercicio en pacientes diabéticos como primer escalón terapéutico», explica este experto.


Según Conthe, es el médico quien debe establecer y monitorizar pautas de ejercicio personalizadas, adaptadas a la situación funcional y la capacidad de cada paciente.

«Los pacientes en quienes se consigue una buena motivación y que cumplen con este objetivo mejoran en todos los parámetros de riesgo cardiovascular y descienden peso y grasa corporal en muy pocas semanas», insiste el especialista.


Dulce inconsciencia


Registros de pacientes diabéticos llevados a cabo por la SEMI evidencian que la mitad de los enfermos diabéticos desconoce cuáles son los niveles óptimos de glucosa y tampoco es consciente del grave riesgo cardiovascular que la diabetes conlleva.


«El riesgo de un primer infarto para un paciente con diabetes es equiparable al de un segundo infarto en un paciente sin diabetes previamente infartado», según añade Conthe.

El estudio DICAMI, una revisión que analiza los parámetros entre diabetes y patología cardiovascular, revela que la mayoría de los pacientes con diabetes que ingresan en los servicios de medicina interna de los centros hospitalarios lo hace por problemas cardiovasculares, sobre todo insuficiencia cardiaca.


El 27% son personas de edad avanzada con múltiples problemas de salud que muere en el plazo de un año, debido a que ingresan en un estado muy avanzado de la enfermedad y a que en muchas ocasiones es ya demasiado tarde para ofrecer un tratamiento efectivo contra la dolencia cardiaca. Conthe hace un llamamiento: «hay que hacer un mayor hincapié en la prevención de estas enfermedades cardiovasculares y dar mayor importancia a los riesgos que conlleva la diabetes».


Por su parte, el estudio REDIMI se encargó de identificar el perfil del paciente que acude a las consultas ambulatorias de medicina interna y reunió datos de 120 médicos de toda España, obtenidos de más de un millar de pacientes.

Según los resultados del trabajo, las características de los pacientes ambulatorios son muy distintas a las de los hospitalizados, con una edad media más joven, mayor autonomía funcional y mejor función cognitiva.

En ambos registros Conthe destaca que se ha podido observar también que el 80% de los diagnósticos de diabetes se acompañan de cuadros de obesidad, y que la mayoría de los pacientes que acude a las consultas de medicina interna han sido remitidos desde atención primaria.


9.1.08

Un continente de basura amenaza el noroeste del Pacífico



Un continente formado por basura amenaza el noroeste del Pacífico


Mide el doble del Estado de Texas y pesa un total de 3,5 millones de toneladas
Los plásticos que utilizamos y desechamos continuamente no contaminan sólo la superficie de la Tierra, sino también el mar. Una investigación llevada a cabo por una fundación norteamericana ha puesto de relieve la aparición de un « continente » de basura en el Pacífico Norte, entre Hawai y California.


El efecto sobre la vida marina está siendo muy negativo, afirman los expertos, pero puede extenderse a toda la cadena alimenticia, llegando a los humanos.

La solución: un cambio en nuestros hábitos de vida para evitar las cifras que publica Greenpeace. En nuestro planeta se producen cada año unas 100 millones de toneladas de plástico, de las que alrededor de un 10% terminan en el mar.

Un continente de basuras se está formando en nuestro planeta, concretamente en el océano Pacífico, entre California y Hawai, afirma el San Francisco Chronicle.

Según esta publicación, el nuevo continente tendría un tamaño del doble de Texas, unos 3,43 millones de kilómetros cuadrados (un tercio de la superficie de Europa).


Este inmenso conglomerado de basura se ha triplicado desde mediados de los 90 en adelante y podría llegar a ser diez veces mayor en la próxima década si no dejamos de generar tantos desechos, advierten los expertos. Los datos provienen de una investigación de más de 10 años de duración llevada a cabo por la Algalita Marine Research Foundation, organización estadounidense dedicada a la protección del medio marino mediante investigación, educación y la restauración de dicho medio.


La basura procedente de las costas y de las embarcaciones son encaminadas por las corrientes marinas hasta la que ha sido bautizada como « Gran Placa de Basura del Pacífico », que se estima pesa ya un total de 3,5 millones de toneladas, con más de 3,3 millones de desechos por kilómetro cuadrado, un 80% de ellos de plásticos.


Concentración de contaminantes


Dada su localización, en el giro subtropical del Pacífico Norte, el acumulamiento continúo de basura está garantizado. Esta es una extensa zona del Pacífico donde el agua circula en el sentido de las agujas del reloj describiendo una espiral lenta.

Allí los vientos son flojos y las corrientes tienden a forzar la materia que flota en el agua hacia la zona central de baja energía del remolino. Existen pocas islas donde pueda recogerse el material flotante, permaneciendo en el remolino, en cantidades estimadas en seis kilos de plásticos por cada kilo de plancton natural.


Este fenómeno no es muy conocido porque se produce en una parte del Pacífico apenas visitada, debido a que carece de vientos que atraigan a las embarcaciones de vela, no existe en ella una diversidad biológica que propicie la pesca, y no se encuentra en el paso de las principales líneas de navegación. Sin embargo, esta basura está haciendo un daño irreparable a la vida marina de la zona.


Los plásticos no son biodegradables (su degradación tarda entre 500 y 1.000 años) y, a medida que pasa el tiempo, lo único que les ocurre es que se dividen en piezas cada vez más pequeñas, pero que retienen la composición molecular original. El resultado es una enorme cantidad de “arena” de plástico que a muchas criaturas marinas les parece alimento.


El problema es que el plástico no puede digerirse, por lo que pájaros y peces que lo consuman pueden morir de desnutrición con el estómago repleto de plásticos. Y, aunque la cantidad de plástico que consuman no bloqueara el paso de alimentos, el caso es que los pequeños gránulos plásticos actúan además como esponjas para diversas toxinas, concentrando así productos químicos como el DDT (dicloro-difenil-tricloroetano, compuesto organoclorado principal de los insecticidas) o el PCB (bifenelio policlorinado, materia química muy venenosa) a una tasa un millón de veces mayor del nivel normal.


Cadena alimenticia afectada


Se produciría así un efecto en cadena que puede llegar hasta los humanos, al comer pescado contaminado sin saberlo, si el animal ha consumido plásticos en el océano.

Los pájaros también se están viendo afectados, porque acuden al continente de basura en busca de alimentos, y lo mismo ocurre con las tortugas marinas, propensas a confundir las bolsas de plástico con medusas y se las comen.


En total se han registrado 267 especies afectadas por estas equivocaciones. Desgraciadamente, este problema parece insuperable dada la superficie del “continente”, cuyo tratamiento y limpieza sería de un coste colosal, de miles de millones de dólares, según los especialistas.


Y es que los plásticos y la basura de esta gran placa alcanzan ya más de 30 metros de profundidad. Lo único que se puede hacer es intentar no aumentar el daño. Los excesos de nuestra forma de vida consumista son la causa de esta degradación del mar, por lo que sólo dejando de producir tantos productos de plástico y cambiando nuestros hábitos de consumo se podría al menos detener el aumento de la Gran Placa de Basura.


Un problema global


En la Tierra se producen cada año unas 100 millones de toneladas de plástico, de las que alrededor de un 10% terminan en el mar, advierte Greenpeace. Por otro lado, esta organización señala que esto mismo podría estar ocurriendo en otros lugares.


Por ejemplo, en el mar de los Sargazos, un área del Atlántico de circulación lenta, también se han descubierto altas concentraciones de partículas de plástico presentes en el agua. Y existe otro problema añadido, afirma Greenpeace: los plásticos flotantes crean una superficie idónea en la que pueden vivir los organismos. Estas plantas y animales pueden ser transportados en los plásticos hasta zonas alejadas de sus hábitats naturales.


Estos “autopistas del océano” pueden así invadir nuevos hábitats y convertirse en especies invasoras. Los plásticos que no flotan, al parecer alrededor de un 70% de los plásticos desechados, se hunden en el mar. Por esta razón, en el Mar del Norte, científicos holandeses han detectado alrededor de 110 piezas de basura por cada kilómetro cuadrado de fondo marino, una increíble cantidad de 600.000 toneladas sólo en esta zona, con el consecuente perjuicio para las especies marinas.

4.1.08

Querer es Poder



Querer es poder


La impresionante plasticidad del cerebro abre infinitas posibilidades a la transformación humana
Cada persona puede, si quiere, transformarse a sí misma y a su realidad. Es una enseñanza que procede no sólo de la tradición oral (querer es poder), sino del budismo.


Recientes investigaciones científicas corroboran además la validez de esta capacidad humana: somos libres para decidir qué tipo de persona deseamos ser. La piedra filosofal para la transformación es una mezcla de la voluntad, la intención y de la impresionante plasticidad del cerebro. La meditación permite cultivar cualidades nuevas que poco a poco se van incorporando de forma natural a la vida cotidiana.


Cuando era pequeño mi abuela me repetía “querer es poder”. Aquello me ponía furioso porque me daba la impresión de que no comprendía mis dificultades para lograr algunas cosas y que no veía los obstáculos que me encontraba en el camino.
Después de los años y de alguna que otra lectura, he tenido que admitir que aquella dulce mujer que apenas había pisado una escuela, se había, con su rica sabiduría popular, adelantado a las conclusiones de las investigaciones neurocientíficas del nuevo milenio y al mismo tiempo, estaba describiendo los principios básicos de una tradición filosófico-espiritual que ni siquiera sabía que existía, el budismo.


La enseñanza profunda que trataba de transmitirme mi abuela era que cada uno de nosotros puede, si quiere, transformarse a sí mismo y por extensión, su realidad.

Del mismo modo, desde hace siglos los budistas sostienen que tenemos la capacidad de convertir el dolor en sabiduría, la envidia en compasión, la angustia en esperanza; que tenemos en nuestra mano la posibilidad de borrar las heridas del pasado y esculpir un futuro. Podemos aprender a ser felices y plenos.

En los reinos de la ciencia, sin embargo, siempre se había pensado lo contrario. El cerebro, el capitán general de nuestro comportamiento y nuestro sentir, es inamovible, decían. No sólo no se puede cambiar, añadían, sino que a lo largo de la vida vamos perdiendo neuronas que nunca más se vuelven a recuperar.

Fatalidad irreal


Pero los últimos años de investigación neurocientífica demuestran que semejante fatalidad no es real. Más bien todo lo contrario.
Y he ahí que la ciencia demuestra los principios del budismo: con la intención, con la voluntad, con el deseo se cambia lo que antes se consideraba escrito en piedra: la arquitectura cerebral.


Desde hace dos décadas el Dalai Lama se reúne periódicamente con neurocientíficos occidentales con el objetivo de aunar dos aproximaciones con orígenes muy diferentes, pero con el objetivo común de comprender la mente humana, su realidad y los caminos para alcanzar el bienestar. De estos encuentros han salido infinidad de proyectos y datos muy valiosos.


El Dalai Lama ha insistido desde el principio en que la fuerza de la mente puede cambiar el cerebro y con él nuestra manera de vivir y de crear el mundo que nos rodea. Sin embargo, ésta era una hipótesis difícil de aceptar para los científicos.


La reunión de 2004 en Dharamsala (India) entre ciencia y budismo tuvo como tema de discusión la mencionada propuesta de Su Santidad. Parece que los investigadores han tenido que plegarse a las evidencias de los estudios y dar la razón al budismo.

La periodista científica Sharon Begley ha recogido el encuentro en el libro Train your mind, change your brain (Entrena tu mente, cambia tu cerebro), que acaba de publicarse en Estados Unidos, y en él se puede leer la siguiente cita de Michael Merzenich, un neurocientífico de la Universidad de California-San Francisco (EEUU), que testifica el cambio de pensamiento: “cada momento elegimos y esculpimos cómo va a trabajar nuestra siempre cambiante mente, elegimos quién seremos en el momento siguiente”. O dicho de otro modo, somos libres para decidir qué tipo de persona deseamos ser.


La piedra filosofal


La piedra filosofal para la transformación mental es una mezcla del querer es poder, es decir, de la voluntad, la intención o la fuerza de la mente y de la impresionante plasticidad del cerebro. Al igual que el entrenamiento físico fortalece los músculos, el entrenamiento mental modifica los circuitos del cerebro en la dirección que deseamos.


Si uno se empeña y lo desea puede construir y potenciar los circuitos de la felicidad, de la armonía, de la empatía y todo el etcétera que se quiera. Para los budistas el entrenamiento mental por excelencia, la herramienta para cambiar el cerebro y la realidad, es la meditación.


Así, el Dalai Lama habla del arte de la felicidad y cuenta su propio cambio gracias a la meditación. Explica que cuando era joven se enfadaba con mucha frecuencia y sentía rabia. Ahora, tras muchos años de meditación, esas emociones se han esfumado y no es porque pueda controlarlas, sino porque ni siquiera se presentan en su vida.


Pero por supuesto no hace falta ser un monje budista para disfrutar de los efectos transformadores y creativos de la meditación. David Lynch, el siempre sorprendente director de cine, en su libro Catching the big fish (Atrapar el pez grande), explica cómo esa técnica ha influido en su creatividad y en su consciencia: “cuando buceas en tu interior, el auténtico ser está ahí y la verdadera felicidad está ahí. Hay un océano enorme, sin límites, de ella”.


Nuevas cualidades


La meditación permite cultivar cualidades nuevas que poco a poco se van incorporando de forma natural a la vida cotidiana. En un principio hay que tener la voluntad para dirigir la mente hacia el lugar que deseamos y de este modo se comienzan a formar nuevas conexiones cerebrales que son primero caminos y con el tiempo se convierten en autopistas cerebrales para la alegría, la compasión, la empatía…


Para eliminar los pensamientos o emociones negativas no hay que luchar contra ellas sino reemplazarlas por otras positivas. Decir “no a la guerra” es seguir dando protagonismo al conflicto, afirmar “sí a la paz” crea un nuevo circuito y borra la huella de la guerra.


Numerosos experimentos han demostrado que la práctica de la meditación altera la geografía neuronal de modo que se potencia la actividad en áreas relacionadas con las emociones positivas, el bienestar y la felicidad.


“Lo que estamos viendo es que la felicidad no es simplemente un estado, sino que es un producto de habilidades que se pueden mejorar con entrenamiento mental”, afirma Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin-Madison (EEUU), uno de los primeros investigadores en llenar el cráneo de los monjes budistas de electrodos.


Y de nuevo no es necesario ser un monje budista o pasar horas en estado meditativo: se ha visto que incluso las formas más básicas de entrenamiento mental producen efectos positivos. Se puede considerar como si se educara a un niño jugando, pero en este caso el niño es nuestro propio cerebro.

Es lógico que los efectos en el cerebro de los monjes sean mucho más significativos, pero con tan solo una semana de meditación ya se pueden observar cambios en el cerebro de personas que nunca antes habían practicado esta técnica.


La diferencia es que están más activas las áreas asociadas con el bienestar y el pensamiento positivo. Una clave muy importante para la transformación es la observación de uno mismo, ese buceo interior del que habla David Lynch.


Experimento de Schwartz


Un ejemplo clarificador de esta mirada interior es un experimento realizado por Jeffrey Schwartz, neuropsiquiatra de la Universidad de California-Los Ángeles (EEUU), con personas que padecían trastorno obsesivo compulsivo – la patología de las manías como el personaje de Jack Nicholson en Mejor Imposible que no dejaba de lavarse las manos y cada vez estrenaba una pastilla de jabón.

Schwartz, budista y practicante de la meditación, quiso comprobar el potencial terapéutico de ésta. Siguiendo la idea de lo que se conoce como meditación consciente, es decir, observar lo que ocurre en el interior sin juzgar, enseñó a sus pacientes a separarse de su enfermedad; a observar los síntomas con la parte más lúcida de ellos mismos reconociendo que sólo eran manifestaciones de su trastorno.


Una semana de entrenamiento fue suficiente para que los pacientes afirmaran que sentían que la enfermedad había dejado de controlarlos. Pero lo más extraordinario y sorprendente para los científicos fue que las pruebas de imagen cerebral demostraban que sus redes neuronales habían cambiado. La simple educación mental había reducido la actividad en los circuitos cerebrales que causan la enfermedad.


Se han obtenido resultados similares en casos de depresión, pero no hace falta sentirse mal para comenzar a entrenar la mente y modificar nuestras vivencias. De hecho, otro de los principios fascinantes del budismo es que afirma que la realidad exterior es el producto de nuestras proyecciones.


De modo que si se modifica el interior, el resto también cambiará.


La influencia del entorno


Hay quienes aseguran que todos deberíamos hacernos preguntas sobre nuestros conflictos internos a la vista de los que se producen en el mundo. Quizá una de las zonas donde los conflictos son más profundos es en Oriente Próximo. Y precisamente en la Universidad Bar Ilan de Israel, bajo la dirección de Phillip Shaver y Mario Mikulincer, se han llevado a cabo varios experimentos con conclusiones particularmente interesantes para esa zona del planeta.


Un grupo de estudiantes israelíes judíos evaluó a otro grupo de estudiantes. Aunque los examinados eran todos judíos, Shaver y Mikulincer manipularon los datos e hicieron creer a los examinadores que algunos de ellos eran árabes. Como seguramente muchos supondrán, la percepción de los evaluadores fue mucho más negativa cuando pensaban que estaban ante un árabe. Los encontraban impulsivos, vagos, conflictivos… Pero hay esperanza. Cuando los científicos hicieron a los examinadores que recordaran momentos en los que alguien les daba amor, las calificaciones cambiaban radicalmente. Ya no había diferencia alguna en la percepción de judíos y árabes. Los experimentos se repitieron empleando distintos tipos de imágenes mentales, por ejemplo, sentirse rodeado de gente que te ama, te apoya y que está dispuesta a ayudarte y los resultados fueron siempre los mismos.


Conclusión conmovedora


La conclusión es conmovedora y esperanzadora. Los recuerdos de amor, de apoyo, activan circuitos mentales relacionados con la sensación de seguridad emocional, de solidez y de autoestima. Entonces el mundo y las personas que nos rodean se ven a través de ese cristal y lo que se percibe es tolerancia, comprensión, apertura y empatía. Cuando el mundo interior está en paz y armonía, el mundo exterior se contagia de esa paz y armonía. Y aquí es donde volvemos a encontrarnos con el budismo.


Una de las formas principales de meditación está orientada a la compasión y su objetivo es entrenar la mente para alcanzar una profunda empatía por todos los seres vivos. Entre las técnicas que los budistas emplean para potenciar la compasión está revivir el amor de la madre. Continuando con los cuidados maternos, llegamos a la parte más extraordinaria del asunto. Con el “querer” se puede incluso doblegar la genética, burlar el supuesto determinismo del ADN. Los cambios que incorporamos a nuestro comportamiento a base de cultivar lo mejor de nosotros mismos se transmiten a las generaciones futuras igual que ocurre con el color de los ojos o de la piel. La ciencia lo ha constatado con animales de laboratorio en los que es posible hacer un estudio tan complejo.


Amor maternal recuperado


Los trabajos de Michael Meaney de la McGill Universitiy en Montreal (Canadá) han demostrado que ratas nacidas de madres poco amorosas repetían el comportamiento de sus progenitoras con sus propias crías. Sin embargo, cuando las hijas de las descuidadas madres eran criadas por otras cariñosas y solícitas dejaban de lado la genética y se volvían como sus progenitoras adoptivas.


En la siguiente generación, aquellas que estaban abocadas por sus genes a no ocuparse de sus vástagos dieron un golpe de timón y cambiaron el curso de su descendencia. Si algo así se puede lograr con sólo el instinto animal, imaginemos hasta dónde se puede llegar con la voluntad consciente. Definitivamente “querer es poder”.